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5 de junio de 2021

Charlo, el dandy del Tango

El Tango del Mediodía, escrito por Adolfo Barrios, en Punto de Partida, emitido los sábados en Radio EME.

Carlos José Pérez, más conocido como Charlo, nació un 7 de julio de 1905 en la estancia familiar "El Avestruz", ubicada en la provincia de La Pampa. Al no existir Registro Civil en el lugar, su nacimiento fue asentado en el registro de la localidad de Puán, en la provincia de Buenos Aires.

Contemporáneo y amigo de Gardel -a quien no quería parecerse en su estilo de cantor- fue un auténtico personaje en el mundo del tango.

Una vez terminados los estudios primarios fue enviado a un internado de La Plata para cursar el colegio secundario, y en 1922 la familia se instaló en el barrio porteño de Belgrano.

Perfeccionó sus estudios de piano, armonía, contrapunto y composición en un conservatorio. Durante una fiesta de fin de curso realizada en 1924 acompañó en el piano a los diferentes cantantes de esa gala. En dicha fiesta se encontraban presentes los dueños de Radio Cultura, quienes impresionados por su carisma y calidad de pianista decidieron invitarlo a participar en la emisora, que era la más escuchada en ese entonces.

Su elegante presencia junto a un registro de voz barítono, con tendencia a tenor en sus inicios, y su virtuosismo en la música le abrieron camino a una meteórica carrera artística.

Acaso insatisfecho por lo común de su apellido, (Pérez), le añadió un pretencioso de la Riestra, pasando a ser Carlos Pérez de la Riestra. Pero siempre quedó identificado por Charlo, su nombre artístico, que le fue adosado en 1924 para su debut radial y deriva de Charlot, por Chaplin.

La radio fue el medio en el cual se inició en el mundo del espectáculo, más específicamente en Radio Cultura. Trabajó luego en Radio Belgrano, Radio Prieto, Radio Splendid, Radio El Mundo y Radio Nacional.

Tal eran sus dotes para este medio masivo de comunicación, que no sólo se desempeñó como cantor solista, sino que trabajó como locutor con sus propias interpretaciones y hasta anunciando la hora oficial.

A partir de 1927, ya abandonada su carrera de abogado que había iniciado en La Plata, debutó como galán cantor en revistas, género muy en boga por aquel entonces.

Charlo fue el cantor favorito de Francisco Canaro, junto a quien grabó más de 500 canciones.  Luego cantó con la orquesta de Francisco Lomuto, y más tarde con la de Osvaldo Requena.

Gracias a la difusión de sus discos, su voz se hizo muy popular en toda América, especialmente en los países limítrofes. Eso le abrió las puertas al exterior. En 1932 viajó por primera vez a Uruguay, para inaugurar el cine "Rex" de Montevideo. En 1935 viaja a Río de Janeiro para una actuación en el Casino donde compuso sobre los versos de Cadicamo, su tango “Ave de paso”.

 Su primera gira importante comenzó en 1938, actuando con gran suceso en Chile.

Actuó luego en Bolivia, Venezuela, Panamá, Cuba y Estados Unidos. Principalmente en La Habana, Caracas y en Lima su éxito fue tal que lo catapultó a la fama, consagrándolo como sucesor de Gardel.

 En 1955 se instaló en Lisboa, Portugal, donde su espectáculo "Estampas de Hispanoamérica" fue un gran éxito en la televisión local, en el Casino Estoril. Luego visitó España y de allí pasó a actuar en Francia y Bélgica y, por último, en 1956, visitó Colombia.

Se destacó por su estilo emocional pero austero, sin efectismos, de perfecta afinación y cuidada musicalidad. Y como compositor desplegó su gran talento de melodista, creando obras importantes, que marcaron la década del 30, ya que poseía una rara aptitud para expresar musicalmente el drama humano, la pasión, y el arrebato romántico. Algunos de sus temas: Horizonte, Ave de paso, Tormento, Sin lágrimas, Fueye, La barranca, Rondando tu esquina, Rencor.

Pero además de su figura como cantor, actor y compositor, su afinidad por la moda lo convirtieron en un paradigma de la moda masculina de la década del 30: la “moda Charlo” marcó tendencia, lo que hoy llamaríamos un influencer. La misma incluía lucir moño mariposa, sombrero, guantes de cuero, chaqueta cazadora, boquilla de oro para los cigarrillos. Durante toda su vida cultivaría esas costumbres, exhibiendo su fina estampa de dandy. Este fenómeno no sólo incrementó su fama, sino que contribuyó al avance del tango de salón en la sociedad porteña.

Ante la necesidad de mantener su físico de galán, y de estar siempre dispuesto a la competencia, no perdía ocasión de participar activamente en los deportes. Así, además de la gimnasia diaria, tomó lecciones de esgrima, pasó por la natación, el fútbol y la equitación, llegando a destacarse y a ser elogiado en Chile y en Cuba como muy buen jinete. Alguna vez cruzó guantes de boxeo, e intentó incursionar en la aviación.

Además de esos placeres de bon vivant, Charlo fue un galán para los amoríos, al punto que la prensa lo apodó “el cantor de las mil novias”.

En 1952 se casa con la actriz Sabina Olmos, quien, por sus ideas políticas fue prohibida por la dictadura de la Revolución Libertadora y debieron exiliarse ambos, realizando giras por América y España, actuando juntos en Europa, hasta que en 1967 el matrimonio se disolvió.

Entre 1977 y 1987 estuvo conviviendo con Susana Álvarez, bastante más joven que él, quien fuera hija de un gran músico y escritor amigo.

Fue en 1987 cuando Charlo conoció a quien fue su última pareja, la artista plástica, diseñadora de joyas y compositora de tango japonesa Akiko Kawarai. Se conocieron a través de comunicación epistolar y finalmente cuando Charlo le envía a Japón un casete diciéndole “Venga a Argentina, si no voy para allá” Kawarai decidió abandonar Japón acompañada de sus seis gatos, para vivir el resto de su vida junto a Charlo en Argentina. Estuvieron juntos hasta que Carlos José Pérez de la Riestra falleció, el 30 de octubre de 1990.

Como dijimos al principio, un verdadero personaje del tango, que nos dejó obras como ésta:

Rencor, mi viejo rencor,

dejáme olvidar

la cobarde traición.

La odian mis ojos

porque la miraron.

Mis labios la odian

porque la besaron.

La odio con toda

la fuerza de mi alma.

Y es tan fuerte mi odio

como fue mi amor.

No repitas nunca

lo que voy a decirte:

Rencor, tengo miedo

de que seas amor.

RENCOR De Luis César Amadori y Charlo, compuesto en 1932, en la inconfundible voz de Julio Sosa...

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