Domingo 22 de Septiembre de 2024

Hoy es Domingo 22 de Septiembre de 2024 y son las 12:18 - Mario Galoppo, Carina Bolatti, Informados lunes a viernes de 9 a 13 por radio EME

29.2°

Santa Fe

30 de octubre de 2021

Homenaje al contrabajo, "el poder del tango, en la sombra"

En El Tango del Mediodía, Adolfo Barrios recorre la vida de Pepe y Kicho Díaz, dos músicos ligados al indispensable instrumento. Sus relaciones con grandes del género y su reconocimiento en un famoso tango, contrabajeando.

A veces, la historia del tango no es lo suficientemente agradecida como debería serlo, con uno de los instrumentos fundamentales en la base rítmica del tango: el contrabajo. Y más aún con sus intérpretes, generalmente perdidos entre los elencos de orquestas, sin el reconocimiento que se merecen.

Hoy nos remitiremos a la historia de los tres hermanos Díaz que descollaron en el tango: David, José y Enrique. David, fue violinista y, José y Enrique, leyendas del contrabajo.

José Pepe Díaz, había nacido en Avellaneda, el 23 de julio de 1909.  Actuó en la orquesta de Osvaldo Pugliese, luego, en la del inolvidable cantor de Aníbal Troilo devenido a solista, Francisco Fiorentino, orquesta que dirigieron alternadamente, Orlando Goñi y Astor Piazzolla.

Más adelante, tocó con la orquesta de Alfredo Gobbi y con la de Joaquín Do Reyes, así hasta el año 1952 cuando cambió la música por el comercio.

Si bien fue el que menos tiempo se dedicó como profesional a la música, fue notoria su influencia en las carreras de su hermano menor, Enrique y en la de su primo Fernando Cabarcos, conforme el reconocimiento posterior que lograron ambos como contrabajistas.

Enrique, más conocido por Kicho, nació el 21 de enero de 1918 y desde muy joven, siguiendo los consejos de su hermano Pepe, largó la guitarra y el bandoneón, y se inclinó por el estudio del contrabajo.

Comenzó en 1935 actuando junto al pianista José Pascual y también con Anselmo Aieta.

Poco tiempo después, gracias a los buenos oficios de su amigo y colega, Juan Tito Fassio, se incorporó a la orquesta de Aníbal Troilo con quien permaneció hasta 1959, interviniendo en unas 300 grabaciones, algo menos que su hermano David.

Ástor Piazzolla estuvo tocando y en muchos casos, haciendo los arreglos en la orquesta de Aníbal Troilo desde 1939 hasta 1944.  En ese año se retira para dirigir la orquesta de Francisco Fiorentino, que también había dejado el conjunto de Pichuco. Si bien al principio, ello provocó visibles enojos en el ánimo de Troilo, el corazón de Troilo era muy grande y siguió queriendo al "loco de Mar del Plata" como lo llamaba, y fueron amigos y compinches hasta el final de los días del Gordo.  Incluso Ástor le arregló varios temas suyos en los cuales ya comienza a destapar un talento innovador y revelador de su destino: Para lucirse (1950), Prepárense, Contratiempo (1952) y Triunfal (1953). Una noche de aquellas, se juntan y deciden hacer un tango para lucimiento del contrabajista, Enrique Kicho Díaz. Y así nació una hermosa obra titulada “Contrabajeando”. Y ese aprecio especial que le tuvo Piazzolla, se refuerza aún más al componer luego el tango “Kicho”, por la estima y admiración por las cualidades interpretativas de este contrabajista, que hizo escuela en la historia del tango.

Kicho Díaz también formó parte del cuarteto Troilo-Grela y supo actuar junto a Lucio Demare y, ya en la década de los sesenta, fundó varios conjuntos de solistas, entre ellos, en 1960, Estrellas de Buenos Aires, cuarteto que integraba junto a Armando Cupo (piano), Hugo Baralis (violín), Jorge Caldara (bandoneón) y las voces de Marga Fontana y Héctor Ortiz.

También fue requerido por Mariano Mores y luego integró el Quinteto Real con el que viajó a Japón. En la década del ochenta, estuvo con el Sexteto Mayor, recorriendo Europa con el recordado espectáculo Tango Argentino.

Kicho Díaz falleció en Buenos Aires, el 5 de octubre de 1992.

Algún tanguero, muy conocedor, alguna vez dijo: "el contrabajo es el poder del tango, en la sombra".

CONTRABAJEANDO, de Troilo y Piazzolla compuesto especialmente para el gran Kicho Díaz y para su lucimiento personal, en la versión del Sexteto Mayor

COMPARTIR:

Comentarios

Escribir un comentario »

Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!