Un tango tan hermoso como Malena, a veces genera la necesidad entre tangueros, de asociarlo y personalizarlo en alguien, y que los protagonistas de ciertas letras hayan sido personas que transitaron o transitan por la vida real.

Los amantes del tango, no conformes con la belleza de la letrade Homero Manzi, y de la músicacompuesta por Lucio Demare, quieren saber y buscan algo más y así, sin saberlo, construyen una mitología, a veces simpáticamente ilustrativas y otras veces anécdotas absolutamente ociosas y, además,difícilmente comprobables. El tango se alimenta y realimenta de historias y leyendas, con partes ciertas y partes definitivamente libradas a la imaginación popular.

A fines de 1941, el poeta Homero Manzi de regreso a Buenos Aires de un viaje a México, hace escala en la ciudad de San Pablo, Brasil. Allí tiene la oportunidad de concurrir a un cabaret donde escucha cantar a Malena de Toledo, nombre artístico de Elena Tortolero, de quien, a ciencia cierta se desconoce su nacionalidad.  Malena de Toledo era dueña de una bella figura, elegante, con buena voz y cantaba en castellano y portugués.Algunos dicen que era brasilera (de Porto Alegre, donde su padre era cónsul honorario del gobierno español), otros dicen que era argentina, y algunos la dan como nacida en Chile.

Lo cierto es que esa noche de 1941, en San Pablo, el poeta la conoce, le quedó marcado el nombre Malena, y le prometió hacerle un tango.

Mencionan además, que la letra fue hecha e inmediatamente entregada a Lucio Demare, quien la olvidó en un saco. La reencontró un tiempo después y no pudo creer la belleza y la musicalidad de aquellos versos y, sobre una mesa de una confitería, en sólo quince minutos, compuso la melodía.

Un conocido historiador de tango confesó en una oportunidad: “Yo creo que Manzi se inspiró en ella. Allí cuando dice que tiene voz de sombra, la voz quebrada, yo pienso que era ella, porque tenía voz de cabaret, voz aguardentosa, así como dijo Manzi en los versos”.

Otros opinan que lo único que le interesó a Manzi de la cancionista fue su apodo. Y a partir de esta aseveración se disparan diversas conjeturas sobre quién era, en realidad, Malena y qué significado tenía para Homero Manzi.

También hay versiones, que Malena fue una ignota corista del Teatro Maipo, o que en realidad era Azucena Maizani, quien grabara inmediatamente el tango, pero ella lo desmintió siempre.

El más difundido supuesto de quién era Malena, sostiene que se trata de la gran cancionista Nelly Omar. Y ella misma, en susúltimos años, comenzó a decir: “Malena soy yo”. Es posible, porque todo el mundo sabe de la relación amorosa que la unió con Homero Manzi. Nelly siempre aseguró que Homero también le había dedicado el tema “Ninguna”, hecho que nunca estuvo en discusión en el mundo tanguero.

Alguna vez, un par de años antes que se fuera de este mundo, la propia Nelly Omar nos contó que ella era “la Malena de Manzi”.

Pero según investigaciones de algunos periodistas e historiadores, el nacimiento de la letra, ocurrido en 1941, es anterior al encuentro entre el poeta y la cantante. Y esa presunción de que Manzi y Nelly se conocieron tiempo después de la escritura de “Malena”, echaría por tierra la teoría de que hubiera sido escrito en su homenaje.

Para completar esta galería de Malenas, el hijo del poeta, el también músico Acho Manzi, comentó en una oportunidad, que su padre había tenido romances con varias cancionistas y mujeres del medio artístico, y que seguramente su Malena nunca existió.  También relató que es muy probable que al conocer que en San Pablo había una cantante con ese nombre le quedó la idea de hacer algo con el mismo, hasta que desarrolló la historia, una ficción, a partir de su experiencia con las mujeres.

Entonces, podríamos pensar como conclusión, pero no como verdad histórica irrefutable, que Malena es una ficción y, como toda historia, tuvo un disparador, y éste pudo haber sido Malena de Toledo, pero la heroína del tango “Malena” no es otra cosa que la síntesis poética de las mujeres que amó Homero Manzi.

Y, para terminar esta historia, y definitivamente alimentar la leyenda, cuentan que Malena de Toledo tenía este tango en su repertorio sin sospechar que se llamaba así por ella, y que cuando se lo señalaron quedó tan impresionada, que dejó de cantar para siempre.

Tus ojos son oscuros como el olvido,

tus labios apretados como el rencor,

tus manos dos palomas que sienten frío,

tus venas tienen sangre de bandoneón.

Tus tangos son criaturas abandonadas

que cruzan sobre el barro del callejón,

cuando todas las puertas están cerradas

y ladran los fantasmas de la canción.

Malena canta el tango con voz quebrada,

Malena tiene pena de bandoneón.

Y hablando de mujeres que “cantan el tango como ninguna”, escuchamos la versión de Adriana Varela, quiena los tangueros les puede gustar más o gustar menos, pero no hay dudas que“en cada verso pone su corazón”.